El desarrollo neuropsicomotor

- suyaikids
- junio 18, 2020
- 5:34 pm
A lo largo de los años, son diversos los estudios científicos que han demostrado la gran importancia que tiene el embarazo y los tres primeros años de vida en el desarrollo cerebral. Todo lo sucedido tanto a nivel ambiental como personal, así como las experiencias que tienen los niños/as durante estas etapas, tienen un impacto directo en la formación y el desarrollo del cerebro.
Al nacer, en el cerebro se encuentran todas las estructuras (siempre hablando de un desarrollo normal), pero estas todavía tienen que desarrollarse, y cada una irá haciéndolo según qué momento. Es por ello por lo que los recién nacidos pueden realizar una serie de actividades de forma limitada y a medida que van creciendo, ese repertorio aumenta. Es lo que conocemos como los diferentes estadios o etapas, que se acompañan de los hitos evolutivos en cada una de ellas (las consecuciones más importantes dentro de cada etapa).
Dentro de esas etapas, la del desarrollo neuropsicomotor, es una de las más importantes, ya que implica lenguaje y diversas facultades motoras y comportamentales. Se trata de esa serie de capacidades a nivel motor (grueso y fino), de control postural y de carácter manipulativo, que requieren de una maduración neuropsicológica adecuada. Esto es, este desarrollo psicomotor (DPM) se refiere a la adquisición de una serie de habilidades psicomotrices de forma progresiva en las diferentes etapas. Se trata de un proceso que es continuo, con una serie de hitos similares en casi todos los niños/as, pero con un ritmo variable que difiere según la madurez de cada uno/a.
Por tanto, este desarrollo se refiere a que el niño, desde la forma más simple, vaya adquiriendo movimientos, conductas, conocimientos, relaciones sociales y lenguaje, realizándolos cada vez más completos y avanzados, conforme van adquiriendo más edad y una mayor maduración neuropsicológica.
Lo más importante del DPM, es que se precisa completar una etapa para poder alcanzar la siguiente. Así, por ejemplo, si un niño no tiene un control cefálico adecuado (no es capaz de sujetar la cabeza por sí solo), no podrá alcanzar una adecuada sedestación (estar en posición de sentado de forma autónoma).
Así pues, se hace necesario conocer el desarrollo normal del DPM a través de la maduración cerebral, para poder detectar signos de alarma que sugieran una afectación orgánica del sistema nervioso central o del aparato neuromuscular, así como problemas de inmadurez del sistema nervioso central (SNC).

Cuando el patrón normal del desarrollo no se produce de forma adecuada, se habla de una serie de signos de alarma. Que sea anormal, no supone necesariamente la presencia de una patología, pero es algo que conviene prestar especial atención, puesto que si hay problemas en el desarrollo psicomotor, se pueden llegar a causar problemas de aprendizaje, entre otras manifestaciones físicas y psicológicas. En la siguiente tabla se muestran los signos de alarma generales:
SIGNOS DE ALARMA GENERALES
- Persistencia de reflejos o conductas de etapas previas
- Retraso en las adquisiciones esperadas a una edad determinada
- Estancamiento o regresión en las habilidades adquiridas
- Calidad no adecuada de las respuestas
- Signos físicos anormales
- Formas atípicas del desarrollo